Seamos sinceros, si a la mayoría de nosotros, nos dicen hace un mes que la final del mundial de china 2019 va a ser España-Argentina como mínimo nos generaría dudas. Y que, además, ni Estados Unidos ni Serbia estarán en semifinales… hubiera parecido un disparate. Pero sí, lo han conseguido y ambas selecciones se lo han merecido. Vamos a repasar cómo ha sido el camino de la nueva generación argentina hasta llegar hasta aquí en busca de un oro soñado.
Te interesa : Australia y Lituania eliminan a Canadá del Mundial | FIBAWC 19
La unión hace la fuerza
17 de julio de 2019. Día en el que comenzaba la aventura de la selección argentina. Este equipo, o más bien, este grupo de amigos lleva conviviendo más de 50 días. Casi 2 meses conociéndose, forjando lazos y jugando al baloncesto juntos. Antes del mundial, disputaron los juegos panamericanos en Lima. Torneo que, por cierto, acabaron ganando. Y fue allí, donde empezaron a mentalizarse de la importancia que tenía este mundial. Su principal objetivo, la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020.
Primer objetivo: no perder en primera fase
Argentina no estaba encuadrado en un grupo demasiado duro, pero sí tenía trampa. Y con este formato de mundial, perder en la primera fase te complicaba la vida. Corea, Nigeria y Rusia completaban el grupo B. Los nigerianos llegaban al mundial como uno de los equipos que más apetecía ver. La mayoría de los expertos los etiquetaba de “equipo revelación”. Y lo cierto es que su juego era realmente divertido, anárquico, un poco loco y muy entretenido.
Después de una victoria fácil contra Corea (95-69), tocaba hacerles frente. El partido, como su juego, fue muy loco, pero al final se acabó imponiendo la cordura y la seriedad en defensa de los de Sergio Hernández (81-94)
Con dos victorias en su casillero, se enfrentaban al rival, a priori, más complicado del grupo. Rusia. La inspiración de Campazzo (21 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes) y un gran tercer cuarto en el que dejaron a Rusia en 7 puntos fueron suficientes para aguantar los empujones finales de los rusos (61-69).
Una segunda fase asequible
El hecho de llegar invicto a la segunda fase te daba mucha tranquilidad. Y, además, se juntaría con Venezuela y Polonia. Con lo cual, eran los grandes favoritos para hacerse con el liderato. Y así fue, ninguno de sus dos rivales fue capaz de ponerle en apuros reales y fue durante esta fase cuando Argentina comenzó a desplegar su mejor juego (defensa muy intensa en el perímetro, de muchas ayudas, que se complementaba a la perfección con su talento individual). 87-67 y 65-91 fueron los resultados frente a Venezuela y Polonia respectivamente.
Cuartos de final: Serbia, el gran favorito
Antes de empezar el mundial, todos los focos estaban puestos en Serbia. Eran los principales favoritos, por encima incluso de Estados Unidos. Pero aquella derrota frente a España empezó a generarle dudas. Y Argentina le planteo un partido durísimo. Los exteriores defendían cada línea de pase y mostraron una intensidad endiablada. Djordjevic tuvo que adaptar su quinteto al de Sergio Hernández. Y esto le vino de maravillas a los hispanohablantes. Liderados por Facu Campazzo y sus 12 asistencias, Argentina dejaba a Serbia sin opción de medallas en un partido cargado de emoción, pasión y mucho baloncesto. Histórico.
Semifinales: Francia, Luis Scola nos dejó sin palabras
39 años. Sin equipo (por ahora). Llegan las semifinales del mundial, frente a Rudy Gobert, mejor defensor de la NBA. ¡Y el bueno de Luis Scola lidera a su selección hasta la final con 28 puntos y 13 rebotes! Absolutamente increíble. Argentina pasó por encima de los franceses, siempre con una (o dos) marchas más que los de Vincent Collet. La defensa del Facu, Laprovittola y Vildoza sobre Fournier, que estaba siendo el mejor francés hasta el momento, es para guardar en vídeo y enseñar a los más pequeños. Y estos tres, contagian la intensidad al resto del equipo. Argentina se había clasificado para la final del mundial. Ginóbili y Scola se fundían en un abrazo al finalizar el encuentro.

El relevo de una generación dorada
En el año 2004, la selección Argentina conseguía el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas con aquella generación dorada de Ginóbili, Nocioni y compañía. Casi dos décadas después, cuando parecía que iban a pasar por una etapa de transición, su baloncesto sigue en la élite, y mañana domingo jugarán por su segundo oro mundialista. Una nueva generación de la que sobresalen nombres como Facundo Campazzo, Nicolás Laprovittola y el “padre” de todos, Luis Scola.
Con la clasificación para los juegos de Tokyo ya asegurada y una medalla (a falta de saber el color) en el cuello, la selección de Sergio Hernández se jugará con la España de Sergio Scariolo ser la nueva CAMPEONA DEL MUNDO.